jueves, 27 de junio de 2013

CAPITULO 7

Me dirijo al hotel para comer algo y pensar. Me paso por la habitación para recoger los tickets del almuerzo y bajo. Antes, miro el reloj. Solo son las 16:00. Bajo a comer y mientras espero que me atiendan le mando un WhatsApp a Nimue:

No me esperéis esta noche. Me ha surgido algo y no puedo ir con vosotros. Llegaré tarde al hotel, así que no me esperes despierta. Besos. Náyade.

Al cabo del rato, me llega su respuesta:

De acuerdo. Espero que no sea nada malo. Se lo diré a Marc. Besitos. Nimue.

En ese momento, llega el camarero con mi comida: una ensalada César y un Nestea. Me lo como todo en menos de media hora. Cuando acabo, subo a mi habitación para dormir un poco y prepararme para esta noche. Si de verdad Alaïs quiere salir conmigo porque le gusto, tendré que ponerme guapa. Me tumbo en la cama y me quedo dormida en seguida.

Me despierto sobresaltada. No recuerdo qué he soñado, pero seguramente fuera una pesadilla. Miro el reloj. Son las 19:30. Como no empiece a arreglarme no voy a llegar. Me dirijo al baño. Tengo un aspecto horroroso. Parezco un zombie en busca de comida. Ya lo arreglaré. Me desnudo y me meto en la ducha. El agua fría me recorre el cuerpo, me relaja y se lleva por el desagüe el miedo y la tensión con la que me he despertado. Mi cabeza no para de darle vueltas a la cena de esta noche. ¿Y si Alaïs no está interesado en mi? ¿Y si de verdad es una estratagema para capturarme? O... ¿Y si me estaba diciendo la verdad? No sé cuál de mis pensamientos es peor. Salgo de la ducha y me seco el pelo con el secador. Vaya, parece que hoy se están comportando. Normalmente me parezco más a un león que a una persona cuando salgo de la ducha. Me termino de secar y salgo del baño. Bueno, llego el dilema... ¿qué me pongo? Rebusco en mi armario hasta que doy con un vestido negro con mangas de encaje y espalda al aire. Es ajustado y corto, pero no demasiado. Es perfecto. Me pongo el vestido y termino de rematar el conjunto con unos pendientes largos plateados, unas sandalias plateadas, un colgante de oro que me regalo mi madre, un reloj y un brazalete, también plateado. Me miro al espejo. Mi aspecto a mejorado bastante. Me maquillo un poco y me echo unas gotas de colonia. Miro el reloj. Las 20:45. ¡No! ¡Quedan quince minutos! Salgo corriendo del hotel y me dirijo al restaurante. Por suerte, llego allí a menos 5, pero no soy la primera en llegar. Alaïs ya está esperándome. Lleva puesto unos vaqueros oscuros y una camisa blanca que resalta mucho más su piel bronceada. De repente, levanta la mirada y se fija en mi. Sonríe y se dirige hacia mi.
-Hola-me dice, y me da dos besos en la mejilla.
-Hola.
-Estás preciosa.
Me sonrojo. Nunca me habían dicho algo así.
-Gracias-respondo en un susurro.
-¿Entramos ya?
-Claro.


martes, 25 de junio de 2013

CAPÍTULO 6

Salgo de la cafetería dándole vueltas a lo que pasó en el callejón. Resulta que Alaïs quiere de mí algo más que capturarme. O eso espero yo... Decido dejar a un lado la búsqueda y saco la tarjeta de Alaïs y el móvil del bolsillo. En vez de llamarle, decido mandarle un WhatsApp:

Nos vemos dentro de 15 minutos en el callejón de antes. Náyade.

Su respuesta no tarda en llegar a mi móvil:

De acuerdo, en quince minutos estaré allí. Alaïs.

Todavía no puedo creer lo que voy a hacer. ¡Acabo de quedar con un Creador! ¡Yo, que siempre he defendido la naturaleza y odio a los Creadores desde que era una cría! No puedo haber cambiado tanto en estos años que llevo en la organización... ¿o sí? Llego 5 minutos antes de la hora que teníamos acordada, pero Alaïs ya está allí.
-Hola-me saluda
-Hola
-¿Te apetece ahora el café?-me pregunta con una mirada traviesa
-No... Solo quiero hablar.
-De acuerdo. ¿De qué quieres hablar?
-¿Qué quieres de mí?
-¿A qué te refieres?
Creo que mi pregunta lo ha pillado desprevenido. Su expresión delata la duda que siente al no saber qué responder.
-Me has seguido por algún motivo, y tengo la certeza de que ese motivo va más allá de los propósitos de vuestra organización.
-Tienes razón. Te he seguido, sí, pero mis motivos no tienen nada que ver con la organización. Me dejaste pensativo después de tu afirmación de antes, y creo que tienes razón. Si destruimos el último lugar con vegetación, no quedará nadie vivo para contemplar el alzamiento de la tecnología.
No puede ser. ¿Un Creador acaba de decir que no le gusta su organización? ¿Que prefiere al enemigo?
-Pero no es ese mi único motivo-continua-. Desde la primera vez que te vi en el avión no he parado de pensar en ti. Eres una chica muy guapa y me sentí atraído desde el principio. Pero no he sabido que eras una Buscadora hasta ayer.
Vale, esto es mucho más fuerte que lo de antes. ¿Le gusto? Y, ¿qué siento yo por él? La verdad, es bastante guapo. Pero es un Creador, se supone que debo odiarlo, aunque... Vale, sí, me gusta. Mucho.
-Vaya... No me esperaba esto, la verdad. Creía que tus motivos eran otros. Pero eres un Creador, y yo una Buscadora. Se supone que debemos odiarnos. No está bien que sientas eso. Además, seguro que es solo una estratagema para capturarme...
-¿Por qué no me dejas invitarte hoy a cenar y te demuestro que voy en serio? Me gustas mucho, Náyade, dame una oportunidad.
¿Qué le digo? Sé que no debería pero... Estoy intrigada, qué le vamos a hacer...
-De acuerdo... A... ¿las nueve en el restaurante donde te vi ayer?
-Vale. Allí nos veremos.
Y, antes de irse, se acerca a mí y me da un tierno beso en la mejilla. Se vuelve, sonriendo, y desaparece por la entrada del callejón. ¿Qué acaba de pasar?


domingo, 23 de junio de 2013

CAPITULO 5

La alarma de mi reloj suena a las 6:15. Nos quedan casi dos horas para salir. Me levanto y me voy al baño, intentando no despertar a Nimue, que ha hecho caso omiso de mi alarma. Me miro al espejo y veo a una chica de 19 años, rubia y con un ojo violeta y otro verde. No soy nada del otro mundo, pero qué le vamos a hacer. Me aseo y me recojo el pelo en una coleta muy alta. Cuando salgo del baño, Nimue ya está levantada.
-Buenos días.
-Buenos días-respondo
-¿Crees que hoy conseguiremos encontrar a algún otro Buscador?
-¿La verdad? No lo sé. Creo que lo de ayer fue cuestión de suerte. Si hoy seguimos en esa racha, probablemente encontremos a alguien más. Pero, quién sabe.
-Tienes razón. Aunque no debemos tirar la toalla a la mínima de cambio, ¿no?
-Exacto.
Después de esta breve conversación, bajamos a desayunar. Todavía nos queda media hora antes de salir.
Terminamos de desayunar y salimos del hotel para continuar la misión. Nimue se dirige hacia la zona norte de la ciudad y yo hacia la zona este. Sabemos que Marc se ha ido por la zona sur, de forma que esa dirección quedaba descartada. Después de despedirme de Nimue, bajo a la playa y me dispongo a rastrear mi zona. Camino a lo largo de la playa durante dos horas sin resultado alguno. Justo en el instante en que decido parar un rato a beber algo, un leve escalofrío me recorre la espina dorsal. Muy despacio, me voy dando la vuelta hasta toparme con los brillantes ojos verde esmeralda del Creador que me siguió en el avión. No puedo creer que me haya encontrado. Pero, si me ha encontrado, eso quiere decir que los otros... 'No seas tonta' me reprende mi conciencia '.Primero ha venido a por ti, los otros seguro que están bien'. Salgo a correr y, en cuanto lo hago, el Creador me imita y sale detrás de mí. 'Oh, no' pienso. Salgo de la playa e intento dar con una calle segura para despistarle. Por desgracia, la primera calle que enfilo resulta ser un callejón sin salida.
-Mierda...
-Parece que no has tenido mucha suerte, ¿eh?
Me giro y veo al Creador en la entrada del callejón. Tiene una voz muy dulce para ser un Creador.
-¿Qué quieres de mí?
-Creo que es obvio, ¿no? Los Creadores y los Buscadores siempre han sido enemigos. Vosotros queréis que la tierra vuelva a florecer y a ser como era antaño. Nosotros queremos que la era de la tecnología alcance su máxima gloria. Y necesitamos deshacernos de vosotros para conseguirlos.
-Pero... ¿No lo entiendes? Si no cuidamos el último pedazo de tierra con vegetación, no importará que la era de la tecnología alcance el máximo esplendor. Todos moriremos antes de poder contemplar cómo nos hemos cargado el planeta. Todos. Incluido tú.
El Creador se queda pensando, y yo aprovecho para observarle con más detenimiento. En el avión me había parecido guapo, pero ahora que podía observarlo de cerca, me daba cuenta de lo poco que me había fijado en él. Tiene unos ojos verdes preciosos, que contrastan muy bien en su piel morena. Es algo más alto que yo, y la camiseta ajustada que lleva hace que se le resalten mucho los músculos.
-Me llamo Alaïs. Y tu eres Náyade, ¿me equivoco?
-No... ¿Cómo lo sabes?
-La organización de los Creadores está muy bien informada. ¿No eres muy joven para pertenecer a los Buscadores?
-Lo mismo podría decir yo de ti. Tengo 19 años, no soy tan joven.
-Yo tengo tu misma edad, así que estamos igualados.
Un momento, ¿qué hago hablando con un Creador? ¡Debería estar buscando a los Buscadores perdidos!
-Creo que debería irme-susurro
-Vaya, que pena. Yo que quería invitarte a un café... Otro día será.
Y desaparece. No puedo creer lo que acaba de pasar. El Creador, digo... Alaïs, me acaba de invitar a un café, con la promesa de volver a vernos. Mi cabeza es un hervidero de ideas, así que me dirijo a una cafetería cercana para descansar y poner en orden mis pensamientos. Entro y me pido un cola cao muy frío. Así podré aclararme. Cuando voy a pagar, descubro una tarjeta en el bolsillo de mi pantalón. En una esquina se puede leer el nombre de Alaïs, justo encima del símbolo de los Creadores. En la tarjeta también figuran su número de teléfono y su dirección de correo. La idea de que Alaïs pueda querer algo más de mi que quitarme del medio me desconcierta. Aunque parece que no tardaré mucho en descubrir qué se propone...


CAPITULO 4

Nos dirigimos de vuelta a la playa, esta vez acompañadas de Marc. Es un chico alto, moreno y musculoso. También es muy simpático, no ha dejado de sonreír y de hacer bromas en todo el rato para que nos relajemos. Cuando llegamos a la playa, Marc nos conduce hasta un gran promontorio de rocas. La vista desde lo alto es increíble, como todo en esta ciudad, que me impresiona más y más a cada minuto que pasa.
-Aquí podremos hablar tranquilos-dice Marc
Me mira, y sé que quiere que le cuente de qué conozco a ese Creador. Empiezo a contarles todo lo que ha pasado hasta ahora: Les hablo de cómo me encomendaron esta misión, de cómo me monté en el avión hacia aquí y noté esa mirada fría y calculadora en la espalda y supe al instante que me estaban siguiendo. No tardo más de media hora en contarle todo lo sucedido y mis pensamientos al respecto.
-Creo que debemos andarnos con más cuidado-concluyo-, que ese Creador sepa de nuestra existencia y nos haya seguido el rastro nos pone en un peligro inminente a los tres y a toda la misión que nos traemos entre manos.
Marc y Nimue me miran sin saber qué decir. Al cabo de un rato, el silencio se ve roto por Marc.
-En mi opinión, pienso que deberíamos ir cada uno por nuestro lado. Sé que os alojáis en el mismo hotel, en la misma habitación. Pero fuera del hotel quiero que vayáis cada una por su lado. Pienso que es una manera para despistarle, aunque seguimos estando en peligro, puede que incluso más que si fuésemos juntos. Pero pensad que, si nos atrapa y estamos los tres, ya no quedará nadie que siga adelante con la misión. Por eso debemos separarnos. ¿Qué me decís?
-Yo estoy contigo-respondo
-Y yo.

-Bien-prosigue Marc-. Este es el plan: Saldremos todos los días a las 08:00 de la mañana. Cada uno irá a un sitio distinto de la ciudad, pero sin alejarnos mucho de la línea de playa, ya que los Buscadores solemos movernos por aquí. A las 22:00 nos veremos de nuevo aquí para comentar lo que hemos descubierto. Si encontramos a otro Buscador, deberéis llevarlo con vosotras y luego traerlo hasta aquí para contarle lo que debe hacer. ¿Entendido?

-Entendido-respondemos Nimue y yo al unísono

Después de esto, Nimue y yo volvemos al hotel. Aunque no lo parezca, ha sido un día largo. Se nos ha hecho de noche hablando con Marc y trazando un plan. Cenamos y decidimos acostarnos. Mañana empieza la verdadera misión. Me duermo nada más tocar la almohada, pero las pesadillas me invaden al instante. Una intensa mirada verde esmeralda invade mis sueños.





jueves, 13 de junio de 2013

CAPITULO 3

Nos despertamos con las primeras luces del alba. El pequeño reloj de mi mesilla marcas las 6:16, así que decidimos prepararnos para la dura misión que nos espera. Nos vestimos con el equipo que nos ha preparado la organización: Un conjunto completamente negro. Shorts, sandalias, diadema... Todo es negro. La única nota de color es la placa de la organización y la camiseta, que es del color del mar en una puesta de sol. Cuando ya estamos arregladas, bajamos a desayunar. El bufet es simplemente increíble. Cojo un plato y me sirvo una tostada con mantequilla y mermelada de fresa, un zumo de naranja y un dulce de chocolate. Me siento y empiezo a desayunar. Está todo tan rico que me lo acabo en un tiempo récord. Repetiría, pero es hora de ponerse en marcha. Salimos del hotel y nos dirigimos a nuestro primer destino: La playa de Miami. Es increíble que nuestro jefe nos haya mandado a la playa. Nuestra misión es la siguiente: todos los soñadores perdidos tienen una identificación, y es un ojo de cada color. Sí, aunque sea poco creíble, todos los soñadores tenemos un ojo de cada color. Yo tengo uno violeta y el otro verde, y Nimue tiene uno azul y otro marrón. Otro de nuestros rasgos característicos son unos enormes ojos y una mecha plateada en el pelo. Sí, plateada. Hay veces que las mechas plateadas quedan bien, como en mi caso, ya que mi pelo rubio queda muy bien con el plateado de mi mecha. Pero otras... No sé a quién se le ocurrió esta idea. Pero que le vamos a hacer...
Comenzamos a andar por el paseo marítimo de Miami. Es una pena que no podamos bajar a pasar el rato en la playa. Andamos durante hora y media sin resultado alguno. Decidimos dejarlo y parar a comer, así que nos acercamos a un restaurante de la zona. Entramos y nos disponemos a pedir. En ese momento noto una mirada en mi espalda. "No puede ser", pienso. Me doy la vuelta muy lentamente, esperando que no me haya visto todavía, aunque no creo que tenga tanta suerte. Y, tal y como esperaba, me encuentro con la mirada verde brillante de aquel Creador al que creía haber dado esquinazo en el aeropuerto. Al parecer, no le ha resultado muy complicado volver a encontrarme. Me giro justamente cuando llega el camarero para tomarnos nota. Nimue pide primero. Se pide un plato de macarrones y una Coca-cola. Yo me pido una ensalada y un Nestea. Miro al camarero para darle las gracias y me doy cuenta de un pequeño detalle que me había pasado desapercibido. El camarero tiene una mecha plateada y un ojo marrón y el otro naranja.
-Soy Buscador, y moriré por mi causa-recito
El chico se me queda mirando. Me ha entendido, sabe que estamos de su parte.
-Moriré por mi causa-repite-. Veo que he dado con una pareja de Buscadoras. Me llamo Marc. Encantado.
-Yo soy Náyade, y ella es Nimue.
-Estamos buscando Buscadores para la organización.
-Ya veo. Debería de haberlo supuesto por vuestras ropas. ¿Qué os parece si os traigo la comida y hablamos más tranquilamente?
-No-digo, bajando la voz para que no me escuche el Creador-.Este no es un lugar seguro para hablar. Hay un Creador dos mesas por detrás nuestra. Deberíamos irnos.
-¿Nos siguen?-susurra Nimue-¿Cómo es posible?
-No lo sé, pero deberíamos marcharnos.
Mientras anulamos el pedido, Marc pide el resto del día libre con la excusa de que se encuentra algo mal. Salimos del restaurante y nos dirigimos al paseo marítimo. El Creador todavía estaba comiendo cuando nos hemos ido, así que tardará en dar con nosotros. Aunque, después de ver lo rápido que me ha encontrado, dudo mucho que tarde en dar con nosotros de nuevo, algo que nos pone a todos en peligro...


martes, 4 de junio de 2013

CAPITULO 2

Me tiro hacia detrás en el asiento del taxi justo cuando doblamos la esquina y pierdo de vista al chico. Suspiro. Todavía no puedo creer que me hayan seguido hasta Miami.
-¿Un mal vuelo?-me pregunta el taxista.
-No, simplemente estoy un poco cansada.
-Comprendo.
Es la única conversación que mantenemos en todo el trayecto. Se ve que el hombre se ha dado cuenta de que no tengo ganas de hablar con nadie en estos momentos.
Llegamos al hotel diez minutos después. Pago al taxista y me dirijo a recepción. El hotel es un gran edificio de lujo. Parece sacado de una película futurista. Y las habitaciones no se quedan por detrás. Es una  habitación grande, con una cama de matrimonio. Tres de las cuatro paredes están pulcramente pintadas de marrón, y la cuarta es un amplio ventanal con vistas a la costa de Miami. Es un buen sitio donde alojarse. Pero hay algo que no me encaja... La habitación es doble, pero solo la ocupo yo... ¿Por qué se ha molestado la organización en reservar una doble si solo hay un ocupante? ¿O es que...?
-¡Ah! Hola. Tu debes de ser Náyade. Yo soy Nimue, también trabajo para los Buscadores.
-Encantada-digo
Es una chica morena, con los ojos grises y una mirada que hipnotiza. Debe tener más o menos 18 años, al igual que yo. Tiene cara de ser una buena persona, así que creo que nos llevaremos bien.
-Bueno, por lo que veo, tenemos que dormir las dos en una cama, ¿no?-me dice- Tranquila, yo estoy acostumbrada a dormir en el sofá, no me importa si quieres quedarte tú con la cama.
-No, no. Para nada. Quédate tu con la cama. A mí no me importa dormir en el sofá.
-También podemos dormir las dos en la cama. No creo que pase nada, ¿no?
-Por mi no hay problema.
Y sonrío. Creo que es la primera vez que lo hago desde que me encomendaron ésta misión. Pero, al parecer, no voy a tener que afrontar esto yo sola. Ahora tengo una compañera. Y eso es mejor que nada. En ese momento, la pantalla del televisor se enciende y aparece un hombre alto, moreno y musculoso. Lo que más destaca en él son sus brillantes ojos naranjas. El jefe de los Buscadores.
-Hola, chicas. Veo que ya estáis instaladas. Vuestra primera misión en Miami tendrá lugar mañana a primera hora. Por el momento, podéis echar un vistazo al hotel o descansar. Pero os quiero mañana como una rosa. Buenas noches.
-Vaya, parece que las vacaciones no van a durar tanto como pensaba-dice Nimue tirándose en la cama-.Yo creo que me voy a dormir ya. Quiero estar descansada mañana. ¿Tú que vas a hacer?
-Supongo que me iré a dormir también.
-De acuerdo. Yo me cambio en el baño mientras tú lo hace aquí. ¿Te parece?
-Sin problema.
Acabamos de cambiarnos y nos acostamos. Al poco rato ya estamos dormidas. Mañana va a ser un día muy duro...